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Lee el artículo:Quiero Presentarte a una Mujer

por Jacqueline Castillo

Permíteme presentarte una mujer que representa la gracia y el favor de Dios. Se trata de una mujer que comenzó su historia siendo huérfana, perseguida, podre, humillada.

Una mujer que aparentemente y humanamente hablando, no tenía nada a su favor:

No pertenecía a la esfera alta de la sociedad

No tenía riqueza material

No era conocida, ni tenía fama.

No tenía ningún reconocimiento por alguna habilidad especial.

No venia de ninguna parentela con abolengo reconocido.

Pero a Dios le plació escogerla para que fuera primero ella, transformada desde adentro hacia afuera, y luego utilizada para transformar de manera sobrenatural la historia de su nación, al ser reconocida y llamada la Reina Ester.

¡Si! Reina, porque aun cuando no era vista como reina fue creada y diseñada para ese tiempo, para esa generación para ser galardonada y llena de gracias antes los más grandes reyes de la tierra, incluyendo aquel que llegó a ser su esposo: el rey Asuero.

¿Te imaginas? Una mujer joven que pasaba desapercibida, ella misma probablemente no tenía entre sus sueños el ser reina porque no era una opción o algo que se podía lograr por una acción.

Tal vez habría decenas que aspiraban a ese título y posición, pero esa posición no estaba disponible. Y si estuviese disponible, solo había una vacante, no dos y no diez.

Sin embargo Ester, fue escogida y sacada de su pueblo Judío, de su única parentela, su primo Maldoqueo para ser llevada al palacio por petición del rey Asuero.

Te cuento un poco la historia

El Rey Asuero un día se deshizo de la Reina que tenía y dejó así una vacante. Inmediatamente, puso la orden de traer a palacio TODAS las jóvenes de buen parecer de TODOS los pueblos del área de donde él tenía absoluto Dominio.

Aquí, nos damos cuenta que Dios dirigió el corazón del rey a tomar esta decisión que al final posicionó a Ester para ser candidata, para algo que hasta la fecha era una imposibilidad.

Dios Utiliza tu Sufrimiento

pasado para Impulsar tu

futuro

Una vez traídas al palacio como candidatas, estas jóvenes debían cumplir la orden en ser orientadas, preparadas y educadas en todo los procedimientos de la corte real del palacio.

Era necesario una exhaustiva preparación para cumplir con los requisitos establecidos. Aquí Dios colocó a todas las candidatas en el mismo plano: todas eran partícipes del mismo entrenamiento.

Para poder aspirar a la llegar a ser la escogida, la Reina, la esposa del Rey Asuero, todas estas jóvenes tuvieron que pasar por procesos muy dolorosos. El proceso tenía muchos desafíos.

Primeramente estaban los desafíos sentimentales.

Las jóvenes probablemente experimentaron emociones encontradas, lejos de su gente, su familia, su cultura.

Aquí igualmente vemos la mano de Dios y su propósito en todo lo que acontece:  

Dios utilizó el sufrimiento de Ester como huérfana para prepararla para soportar los que para otras era una prueba de soledad y aislamiento desconocido hasta el momento.

Segundo, existía un desafío en el aspecto físico. Había disciplinas y ritos de bellezas en ese tiempo en las cuales estas jóvenes fueron muy minuciosamente dirigidas e instruidas por los eunucos del palacio.

Existía el desafío intelectual.Ahora se encontraban aprendiendo otras culturas y costumbres ajenas a las de ellas.

El desafío alimenticio.Así es, todas estaban a dieta y la comida que se les proveía era diferente de la que estaban acostumbradas. Estoy segura que para la joven Ester, que hasta ese momento había sido una joven pobre y huérfana, tener comida era suficiente para sentirse feliz y satisfecha.

El desafío del tiempo. Los eunucos eran personas muy preparadas en estas disciplinas de la corte real y eran quienes estuvieron en cada uno de los procesos con las jóvenes por espacio de 12 largos meses.

El proceso era extenuante. En todos los aspectos para cada una de aquellas jóvenes y cada una de ellas era aspirante a la corona no por voluntad propia pero por la orden y el deseo del rey.

Como era de esperar, quien cumpliera con los requisitos establecidos minuciosamente seria la escogida para ser coronada la reina y esposa del Rey Asuero.  

Esther, una vez nivelada a candidata con las demás jovencitas, tenía algunas cosas a su favor. Todos estos son regalos de Dios: Era joven de bonita figura y hermoso parecer. Llena de sabiduría y de corazón humilde, no se dejó llevar por la vanagloria que le rodeaba en el palacio. Ella con sus atributos y virtudes, llenó cada una de las expectativas de la corte Real.  

Ella nunca olvidó de donde venía y quien era: era Judía ante Todo y su fe en Dios, la llevó a conquistar el mayor galardón y lugar que ni ella misma probablemente había soñado y que a la vez era tan deseado por cada una de aquellas jóvenes.

Ella impactó a todos en el palacio con su disciplina y carácter, no importando de donde venía ni su complicado pasado. Simplemente miró, observó, recibió la instrucción y fue obediente hasta llegar a ser la escogida, la reina Esther. Ella logró llegar hasta el final del proceso al que había sido designada para alcanzar el propósito de Dios en su vida el cual era:

Ser Escogida para Vivir en el Palacio

Ser Coronada

Ser Llamada la Reina Ester

Recuerda, que Igual que Esther, hemos sido coronadas desde la creación. Dios nos ha asignado un lugar donde él nos confía una tarea y un lugar en el que solo una hija suya, preparada, probada y decidida puede reinar.

Muchas veces ese lugar donde reinar y el tiempo apropiado, sea obvio para muchas; pero si tú, como la reina Ester, hoy ves tu vida y no encuentras nada especial, no tienes la posición, el dinero, ni aún los sueños para lograr algo de valor.

Recuerda, que Dios sí tiene un sueño para ti. Lo que ayer fue una desventaja, Dios la utilizará como tu ventaja competitiva, posicionándote para el éxito.

El nivela todos los que se levantan como montañas, al mismo valle, donde tú no eres ni rica, ni pobre, simplemente un ser creado por Dios.

Tus experiencias pasadas de mucho dolor y sufrimiento, serán entonces solo herramientas para aliviar los desafíos que encontrarás en el camino a aquel lugar a donde Dios quiere llevarte.  

Recuerda, a donde Dios quiere llevarte, solo requiere de tu disponibilidad y disciplina para alcanzarlo.