Tal vez todos ustedes que me conocen saben que soy la madre adoptiva de David y Julia.

No tuve la dicha de ser madre biológica y la verdad yo no me hago la pregunta ni a mí, ni a Dios del “por qué no me regalo hijos biológicos”, mucho menos le pregunto a la gente, ni dejo que otras personas contesten la pregunta por mí. Veras, tome esa decisión porque las respuestas que muchos me han ofrecido no me gustan: están basadas en la religiosidad, culpa y mucho «negativismo».

Yo me hago esta OTRA pregunta y creo que debo vivir para descubrir su respuesta. Quiero descubrir los 360 grados de la respuesta, esto es, quiero mirar la respuesta en todos sus ángulos:

La pregunta que me hago es,

¿Porque Dios le permitió a una mujer Americana, nacida en Colombia, ser la madre adoptiva de un niño y una niña de dos etnias diferentes pero nacidos ambos en Rusia y adoptados al mismo tiempo de dos orfanatos diferentes?

Me gusta la respuesta de mi Jesús:

“David y Julia están aquí, porque yo pague por ello”

“Yo morí en la cruz del calvario para pagar el precio de que tú puedas tener a ese niño y a esa niña en tus brazos.”

Entonces mi vida gira alrededor de hacerme preguntas como:

¿Quiénes son estos niños?

¿Porque Dios los trajo a mi vida?

Las preguntas son ambas con el foco en mí y con el foco en ellos.

Y al mismo tiempo, la respuesta alumbra a todo un mundo allá afuera que vive esperando conocer a este maravilloso Padre celestial.

De allí nace el movimiento “DejaTuHuella” el cual es un desafío a que te sumerjas en el mundo del necesitado a tu alrededor. Y les lleves la esperanza del cielo.

El amor de Dios me ha movido a la acción…

Y es exactamente lo que quiero lograr contigo hoy…

Quiero moverte a la acción… Muévete a la acción hoy.

Únete al movimiento haciendo clic aquí: DEJATUHUELLA

Quiero recordarte que si Dios te regalo hijos, hijas, nietos, tu estas en la vida de ellos con un propósito y no solo ellos están en tu vida para llenarte a ti y hacerte mama o papa y hacerte sentir que tu vida está completa.

Existe también una responsabilidad divina, agradable, bella, que la puedes disfrutar: ayudar a que tus hijos se desarrollen, crezcan sanos y confiando en Dios para que ellos también puedan encontrar su lugar en el plan de Dios.

¿Cómo te sientes cuando piensas en el tiempo que pasas con tus hijos?

Bueno, aquí te voy a dar una directriz para orar por tus hijos.

Yo utilizo una lista de 17 virtudes por las que:

Continuamente oro por mis hijos y les enseño en nuestras conversaciones.

Una de estas virtudes es el dominio propio, el cual es un fruto del Espíritu Santo. Mi consejo es que como padre o madre tengas lo siguiente en cuenta:

  • Enséñales a respetar a las autoridades, sus maestros, sus lideres.

  • Enséñales a parar antes de hablar o responder.

  • Enséñales a contar hasta 10 antes de decir algo con ira en sus corazones,

  • Enséñales a pedir la ayuda a Dios primero y luego decidir qué hacer.

En términos de Dominio propio, Ora a Dios por ellos así: Señor, Ayuda a mis hijos a no dejarse llevar por el ejemplo de otros a su alrededor y a saber controlarse al actuar, al hablar y a saber pausar para pensar antes de tomar decisiones.

Mi recurso “Como orar por mis hijos” te guiara a hacer esto una realidad.

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