¿Qué tienen en común Steve Jobs, Nelson Mandela, Gerald Ford y Faith Hill?
Todos fueron adoptados.
Cada adopción es la culminación de numerosas decisiones que llevan a un niño o una niña encontrar una familia. Cuando los niños son recibidos por sus nuevas familias, tienen ahora la posibilidad de crecer y desarrollarse plenamente y cómo puedes ver en el titulo de este articulo, ellos pueden crecer para cambiar drásticamente el mundo sin que la mayoría de nosotros nos damos cuenta que fueron adoptados.
Como madre adoptiva, doy testimonio que la adopción de David y Julia no solo cambio el destino de ellos drásticamente, sino también el mío. Adoptarlos, amarlos, criarlos, educarlos y cuidarlos no son solo tareas o responsabilidades sino también privilegios a los que no hubiese tenido acceso. Gracias al milagro de la adopción, somos familia.
Te voy a mencionar a las personas que son muy conocidos y que además fueron adoptados. Son famosos hoy a quienes se les dio la oportunidad de cambiar la historia cuando fueron acogidos por sus nuevas familias. Sus contribuciones y logros abarcan desde la ciencia hasta el deporte, la religión, el entretenimiento, la tecnología y la política.
Miremos si puedes reconocer algunos de ellos:
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Steve Jobs
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Nelson Mandela
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Gerald Ford
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Faith Hill
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Bill Clinton
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Babe Ruth
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Jesse Jackson
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President Gerald Ford
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Jamie Foxx
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Melissa Gilbert
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John Hancock
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First Lady Nancy Reagan
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First Lady Eleanor Roosevelt
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Moses
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Mother Teresa
En su libro Chosen for greatnes: Escogido para la grandeza: como la adopción cambia el mundo, Paul Batura, Vice presidente de Focus on the Family nos muestra 16 historias de personas famosas que un día fueron adoptados.
“No quiero que piensen que estas personas llegaron a hacer cosas maravillosas a pesar de ser adoptados; Sino que fue su adopción la que desempeñó un papel positivo y crítico en el camino de su éxito.” Paul Batura.
El evangelio no es un retrato de adopción, la adopción es un retrato del evangelio.
John Piper
Como madre adoptiva, doy testimonio que la adopción de David y Julia no solo cambio el destino de ellos drásticamente, sino también el mío. Adoptarlos, amarlos, criarlos, educarlos y cuidarlos no son solo tareas o responsabilidades sino también privilegios a los que no hubiese tenido acceso. Gracias al milagro de la adopción, somos familia.
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