Alguna vez te has preguntado ¿Qué cosa práctica puedo hacer para traer balance a mi vida emocional?
Balance es mantener el equilibrio de un objeto o cuerpo. Es pesar, como en una balanza, una cosa importante con otra de igual importancia. Mantener el balance es clave en todos los aspectos de nuestra vida.
En mi estudio y experiencia he encontrado que una de las maneras significativas de traer el balance emocional lo encuentro cuando practico la gratitud diariamente.
Debemos ser intencionales porque existen situaciones que no podemos controlar y que pueden afectar nuestras emociones de manera negativa, pero algo que, si podemos hacer, es intencionalmente decidir por una emoción positiva que nos lleve al balance de nuestras emociones.
Cuando recordamos un evento y encontramos algo que agradecer a Dios, nuestra perspectiva cambia y la emoción positiva del agradecimiento contrarresta los sentimientos negativos de las posibles circunstancias que estemos atravesando.
Es por esto, que hay que ser intencionales y crear momentos para dedicarnos a agradecer. Eso puede ser por medio de crear un hábito de orar en las mañanas o en las noches antes de ir a dormir. El acto de llevar a Dios agradecimientos en oración, hace que escaneamos nuestra vida en busca de lo bueno, aun lo bueno que vino de algo que no veíamos tan positivo (Romanos 8).
Otra manera de mantener nuestra intención de vivir el balance de nuestras emociones, por medio del agradecimiento, es el observar con detenimiento a quienes amamos. Yo practico el mirar a mis hijos, uno a uno y perderme en el momento mientras los observo hacer algo. Muchas veces, miro el rostro de mi hija mientras ella está haciendo sus tareas cerca de mi escritorio, disfruto del sentimiento positivo de gratitud y lo llevó a Dios en oración, agradeciendo por la vida de ella, por permitirme ese regalo y tener ese tesoro de su presencia en mi vida. Igual puedo hacer cuando estoy sentada en mi sofá con mi perrito. No solo disfruto su compañía, pero adicionalmente, decido hablar palabras de gratitud mientras juego con él.
Ahora, la gratitud no es solo reflexionar sobre las cosas buenas que nos suceden para recordarlas o escribirlas, tampoco es simplemente reconocer un evento como algo bueno. La gratitud es el sentimiento positivo que sentimos cuando, después de reconocer algo bueno, decidimos dar gracias por ello. Veras, hay momentos en los que muchas cosas buenas están pasando en la vida, y nosotros podemos tener un sentimiento diferente al agradecimiento, por ejemplo, podríamos sentirnos como que lo que sucede es natural porque lo merecemos o podríamos hacer lo contrario, y al sentirnos no merecedores de lo bueno que está sucediendo, podríamos sentir temor de perder lo que tenemos y permanecer esperando el momento que esto se aleje de nuestras vidas. En estos dos casos, disfrutamos de lo bueno, pero no lo agradecimos así que no disfrutamos del sentimiento positivo de la gratitud que puede traer balance a nuestra vida emocional.
En la vida hay momentos que nosotros creamos y hay momentos que vivimos por oportunidades que llegan.
¿Qué momentos estás creando cuando tienes el control de hacerlo? Imagínate que te invitan a una fiesta en la que llegas estrenando un hermoso vestido. Tuviste la dicha de que alguien te hizo un peinado y te maquilló. Disfrutaste de una linda velada con música suave y buena comida. Luego te llevaron de vuelta a casa. Si eres una persona que no tiene el hábito de la gratitud, perdiste una oportunidad de sentir este sentimiento positivo que trae balance a la vida.
Los momentos se pueden vivir muchas veces cuando los recordamos. Seamos intencionales en recordar el pasado y vivir el presente con gratitud.